miércoles, 5 de agosto de 2009
Caja.
"Arthur Jermyn salió al páramo y se prendió fuego después de ver el objeto de la caja, llegado de África. Fue este objeto, y no su raro aspecto personal, lo que lo impulsó a quitarse la vida."
- H.P. Lovecraft.
Vivo en una casa en la que nada envejece; así es tu idioma; defectuoso como el comer. Cambia la letra en todo lo que parezca el himno, las barbas; o el sábado. O cuando orbité el cardamomo impensable y acaso hoz; regurgita sucedió y así previene al cazador; al menos ese fué tu pensamiento. En realidad son grandes máquinas muy difíciles de creer. La velocidad es comparar. Descongelarse es arder. Esta habitación que no existe pero crea objetos dentro de nuestros ojos. Nunca jamás obtener nunca jamás obtener. No al homenaje; no a cualquier otro objeto; sí a los sueños de los gatos cuyos penes hayan sido masticados. Que nunca suceda contigo; que cuando entres en tus pensamientos los ruidos no te asusten. Quién no tenga manos matará con los dientes. Quién no tenga manos matará con los dientes y nunca sucederá más allá de tus ojos. El siroco en tu interior la habitación cerrada. La claustrofobia que nunca proporcionará un traje blanco. Hace miedo la sombra de la barandilla la distancia es mentir. La puerta abierta del garaje el último punto y coma. Nada envejecrá ni será traducido nunca.
No puede haber depravación sin egoísmo; las manos callosas se diseminarán en el hueco. Aunque chirríe en la lengua aunque el vacío sea holgado. Sólo existe un idioma, sólo arder como una mujer observada. Cuando no hay suficiente sitio en el engaño o en los pantalones. Las furgonetas blancas los ademanes exactos. Las motos inclinadas bajo la circuncisión de los gatos. Lo cauchutesco en ti y por encima de ti; todas las mujeres han sido atropelladas por ese coche. Todo el mundo que entra en sus sueños se asusta; hay demasiado homenaje en cualquier tipo de pregunta. Quiero decir en el espejo hay un ciervo y hay un cero y hay un nueve. Hay muchas combinaciones en cada objeto; los que sonríen y los que hacen sonreir nunca coincidirán bajo la misma arboleda. Nunca jamás coincidirán tres personas en este o en cualquier otro sitio. El bebé está dormido y su cartílago palpita. Hiedes a objetos y a cosas y te adelantas a ti misma; en realidad no sabes lo que haces. Todo aullido implica orejas; tú te saltas esto y masticas otro idioma. Otros se creen graciosos o cavan tumbas con los ojos. Qué bonito es el sitio donde hemos depositado a los ancianos. Cuánto frío deben tener o al menos cuanto deben hablar del frío. Las chaquetas se han quedado cortas en los dientes. Lo que chirría en la lengua es lo anterior a los cuchillos. Todo está justificado si estremece; que puntiagudo es el diente que se te ha clavado en la cara. Qué tembloroso que permanezcas; hay demasiada enfermedad en el hospital de la policía. La letra no dice nada al hombre al hombre demasiado pequeño. Tu mano huesuda en los residuos de la democracia. Algo no ha sido criado en el agujero que presume; las piedras en el zapato la pierna bronceada. La avellana en el alma; cuando la gente es guapa realmente hay poco que hacer. La contestación ha sido demasiado impersonal; hay pulpos muy grandes en el fondo del océano. No hay más gruta que la del idioma; la piedra es cuadrada exactamente. Es un abrazo estandarizado como en otro tiempo existió el sándalo. Evítalo con tus dientes cuando fuerces el silencio. Sienta a los niños bonitos ante la bruja; llévales al empedrado. Como los pechos progresivamente. El agua de las flores el agua de la lluvia. La fiebre que producen los colores; los bonitos zapatos que no soportarán el empedrado. Es posible arder; al menos los niños hemos aprendido esto. La sensación del robo la atmósfera cargada de conciencia. Dios no es normal; tú te has inventado el nombre de esta calle. El cadáver repeinado en la curva de la cuchara; sólo comeremos golosinas una vez en nuestra vida. Pasea a los perros y acoge sus excrementos con tu boca. Entrega tu cuerpo, entrega tu cuerpo. Ella anidará en ti aunque no conozca la habitación; me baso en gestos absurdos como agacharse y lamer el musgo. Sucedió y es inquebrantable; los jovenes están agarrando sus motos. Nunca ha sucedido nada tan maravilloso. No se trata de robar un beso sino de robar la ausencia de ese beso. Como comer flores u oir gritos demasiado lejanos. El agujero en las mujeres que huelen mal; la reacción falsa o acaso reproducible. Como una mancha o un hombre manchado.
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Una mujer con sinestesia, víctima de abusos sexuales, revive su trauma escuchando la tonadilla de Barrio Sésamo.
ResponderEliminarVuelvo a Salamanca el 25 o por ahí.
La nueva reencarnación de Oneida tiene unos preciosos ojos azules. Yo lo único que tengo es un maletín de poker.
Octubre.
ResponderEliminarPor favor, escúchalo. Tienes que estar afectado, sentado y tiene que ser tarde y tienes que fumar, sólo si quieres. Piensa que es todo uno, intenta no romperlo.
ResponderEliminarGracias
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¿Por qué no escribes? Lo que escribes me gusta aunque a veces no lo entiendo. es tan hermético.
ResponderEliminarla chica del tocado